Fondo: Talamás Vázquez
Fotografias: 1882 - 2001Postales: 1959
Analista | Revisión y Corrección |
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Laura Gutierrez | Alma V. Valdés |
El fondo Talamás Vázquez está integrado por fotografías de la familia formada por Elías Jorge Talamás Talamás y María de los Dolores Vázquez Torres. Elías y Dolores celebraron su matrimonio civil y religioso el 16 y 17 de mayo de 1914 y formaron una familia de siete hijos.
Elías, de origen palestino-bletlehemita nació en Belén Palestina, emigró a los 10 años, en el año 1901. Elías viajó junto con su madre Elena Josefina Talamás Semaan (Hilane Jusef) y sus hermanos José Jorge y Carmen. Su padre, Jorge José Talamás Herezi (Geries Jusef) había emigrado unos años antes y esperó el arribo de su familia a la Isla de Ellis frente a la ciudad Nueva York, el 16 de noviembre de 1901. Ya en Saltillo, la Familia Talamás Talamás creció con la llegada de otros hijos: Emilio Jorge, Elena, Manuel Jorge e Isabel.
Elías hizo sus estudios en el Colegio Jesuíta de San Juan Nepomuceno en Saltillo y algunos de sus diplomas indican que fue un alumno destacado. Muy joven, Elías dejó el colegio para incorporarse al negocio familiar de comercio.
María de los Dolores Vázquez Torres nació en Namiquipa Chihuahua, y sus padres fueron Francisco Vázquez y Terrazas y Juana Torres Quezada. Entre Namiquipa y Guerrero Chihuahua, Dolores pasó los primeros años. Más tarde se trasladó a la ciudad de Chihuahua, para vivir con su tía “Chana”, hermana de su padre, para estudiar en el “Colegio Palmore”, fundado por un ministro de la Iglesia Metodista Episcopal. En ese colegio, Dolores cursó la carrera de Comercio y Teneduría de libros. Terminados sus estudios, Dolores llegó al estado de Coahuila con su mamá y su hermana, para trabajar en la oficina de Don Evaristo Madero en Parras Coahuila. Don Evaristo había solicitado al Colegio Palmore que le enviara a una alumna graduada en Comercio, para llevarle sus libros de contabilidad y el colegio recomendó a Dolores. En Parras, Dolores con su madre Juanita Torres y su hermana Rafaela (“Nela”) pasaron varios años e hicieron amistades entrañables. Muerto Don Evaristo, el temor a los vientos revolucionarios llevó a la familia a la ciudad de Saltillo, donde Dolores entró a trabajar en el negocio de la familia Talamás, para llevar los libros de contabilidad. Ahí conoció a Elías con quien se casó en mayo de 1914 y tendrían 7 hijos, entre los años de 1915 y 1925. El primogénito murió justo antes de nacer y Federico Alberto murió de dos años aproximadamente; el resto de los hijos, María Elena, Margarita, Irene, Elías y Aurora crecieron y sobrevivieron a sus padres.
Ya casado, Elías emprendió un negocio comercial propio, llamado “Casa Talamás”, ubicado en la esquina de la calle de Allende e Iturbide (hoy Manuel Pérez Treviño), frente al mercado. En ese negocio se vendían artículos nacionales e importados, tales como ropa para toda la familia y telas; también sombreros y encajes, corsetería, bonetería, juguetes, adornos navideños, ropa especialmente confeccionada y artículos para el hogar. Con los años, el comerciante diversificó sus negocios y compró tierras en la antigua Hacienda de San Juan de la Vaquería para emprender un rancho ganadero, “El Refugio”. Asimismo, compró diversas propiedades en la ciudad de Saltillo, con fines inmobiliarios. Junto con su hermano Emilio, invirtieron en una fábrica textil, llamada “Textiles Talamás”, ubicada muy cerca de la antigua estación de ferrocarril, en un terreno que comprende la cuadra entre las calles de Acuña, Mutualismo, Presidente Cárdenas y el puente a desnivel. También invirtió en la “Compañía Petrolera El Águila”; adquirió un ingenio en Izúcar de Matamoros y, en la ciudad de México, montó un negocio de envolturas de celofán, con maquinaria y materia prima alemana.
A través del tiempo, la familia Talamás Vázquez ocupó tres casas en Saltillo: la primera en los altos del Edificio García Carrillo, una casa en la calle de Bravo que actualmente ocupa el Museo de los Presidentes y la casa que Elías y Dolores construyeron para su familia en la calle de “Los Baños” hoy calle de Murguía, a un costado del Santuario de la virgen de Guadalupe, para el que, dicho sea de paso, colaboraron para su construcción albergando en un anexo de su casa a los canteros que vinieron del sur de la República, así como vendiendo o comprando tamales y otros productos que se vendían con ese fin. En esa casa, lo hijos pasaron parte de su infancia y su primera juventud, en medio de una huerta de árboles frutales, hortalizas y establo, cuyos frutos ocupaban a Dolores todo el verano y el otoño en la elaboración de conservas de verduras y frutas para disponer de ellas el resto del año, así como jocoque, quesos frescos y asaderos para el consumo diario.
Desde niños pequeños, los hijos de la familia Talamás estudiaron en el Colegio Roberts ubicado en un edificio tipo americano construido expresamente para el Colegio, dirigido y administrado por una misión protestante. Cuando los hijos de la familia Talamás Vázquez crecieron, la familia se mudó a la Ciudad de México, con el fin de que sus hijos continuaran sus estudios profesionales en la Universidad Nacional. En la ciudad de México, Elías compró una “casa de época” en la calle de Quintana Roo, en la Colonia Roma donde los jóvenes hicieron amistad con los vecinos y recibieron a los familiares que llegaban de “provincia”.
Así, María Elena estudió piano en el Conservatorio Nacional, y en la Universidad Nacional, Margarita cursó la carrera de Filosofía, Irene Medicina, Elías Ingeniería Química y Aurora Biología.
En la Ciudad de México Elías trabajó en su fábrica de celofán. Pocos años después, el negoció cerró debido a la Segunda Guerra Mundial y Elías regresó a sus negocios en Saltillo. Mientras tanto, Dolores permaneció en la Ciudad de México para cumplir con el objetivo que los llevó a esa ciudad: el estudio de sus hijos en la Universidad Nacional.
Tres de las hijas, María Elena, Irene y Aurora permanecieron en la ciudad de México, allá se casaron y formaron sus familias. Margarita y Elías se casaron y regresaron a Saltillo donde establecieron su hogar y vieron crecer a sus hijos. María Elena casó con Antonio Castro Leal Montaño y procrearon dos hijas: Diana Elena y Florencia. Margarita casó con Eulalio Gutiérrez Treviño y tuvieron 4 hijos y 9 hijas, de los cuales crecieron 3 hijos y 8 hijas: Mario Eulalio, Jaime Luis, María Magdalena, Margarita Leticia, Graciela, Patricia, Laura Elena, Corina María, Martha Elisa, Bettina Elizabeth, José Luis, Javier Eduardo y Norma Estela. Por su parte Irene casó con el violinista ruso Roberto Kitain y tuvo dos hijos, Tamara e Igor; Elías se casó con Rossina Anne Hooper y tuvo 3 hijos: Rossina, Elías y Patricia, y Aurora se casó con Guillermo Loza Razón y tuvieron un hijo: Guillermo.